Arte a distancia: MetroWest presenta exhibición de once artistas de Cleveland sobre el coronavirus

Emily Joy Splain, COVID Houses

La crisis de COVID ha propiciado que el arte público al aire libre tenga un papel más relevante. Es visible para todos, todo el tiempo, sin obligar a los espectadores a aglomerarse en multitudes en las galerías y a respirar un aire encerrado. Además, ofrece una alternativa única para unir a una comunidad,al proporcionar una experiencia común incluso cuando las personas están aisladas. Eso es lo que ha sucedido con varios de los proyectos del programa Fusión Creativa, de la Fundación Cleveland, ya que la pandemia ha hecho que las grandes reuniones sean demasiado riesgosas.

La exhibición Arte a distancia, de MetroWest es un buen ejemplo de esto. Once artistas con conexiones con los vecindarios de Clark-Fulton y Stockyards fueron elegidos para exponer en Meyer Pool, con obras creadas en respuesta a su experiencia de la crisis de COVID. Todas las obras encargadas se realizaron en paneles cuadrados de 24 pulgadas, y son exhibidos a ambos ados de la Avenida Meyer: por un lado, en la piscina; por el otro, a lo largo de la valla de Lincoln West High School.

Sería un error significativo describir esto como una exhibición “drive by” o para mirar desde un carro. Las obras no se pueden apreciar sin dedicar tiempo a cada una. Muchas de las obras son ilustrativas, algunas representan literalmente aspectos de la pandemia y otras son más simbólicas. Otras son representaciones más abstractas de ciertas ideas, como el aislamiento y la conexión.

La pieza COVID Houses, de Emily Splain, presenta las cuatro casas que visita mientras está aislada: su propia casa, la casa de su madre, la casa de un amigo y la casa de un vecino. Por un lado, es un mundo pequeño. Por otro, representan comodidad. Splain acentúa lo positivo en su capacidad para trabajar desde casa y estar con las personas que ama, y ​​descubre que se ha vuelto productiva a pesar de, o quizás debido a, las restricciones.

La interpretación sin título de Devon Iris de una persona con una máscara de gas que le cubre completamente la cabeza responde al aislamiento de manera diferente, encontrando inspiración en la imaginación. Mientras que la máscara de gas bloquea el aire contaminado, las flores brotan de todas sus aberturas, como si el artista continuara llevando la belleza al mundo.

Dos de los artistas se enfocaron en cómo la reacción irresponsable de los humanos continúa dañando al planeta: COVIDANCE, de Héctor Castellanos Lara, muestra una figura esquelética con una camiseta roja y jeans, con una máscara de gas, bailando salvajemente, agitándose en el aire mientras que máscaras faciales desechables flotan a su alrededor. En los últimos 9 meses, este tipo de máscaras se ha convertido en un artículo adicional que comúnmente ensucia los estacionamientos y el césped. Castellanos dice que estaba preocupado incluso al comienzo de la pandemia de que las máscaras fueran “otro problema, al igual que las bolsas de plástico y los guantes desechables”. Agrega que la bailarina esquelética del cuadro “ya se fue al otro mundo” porque este tiene “demasiada contaminación”.

El trabajo de Kevin Fernandez Colon, Nature’s Imbalance, destaca el mismo problema. Sus retratos fotorrealistas al muestran a un zorro que se ha detenido, mirando una máscara desechable colocada sobre un tronco. El zorro parece confundido por la máscara. No pertenece ahí; no sabe qué es. “Creé esta pieza para reflejar el impacto que COVID-19 ha tenido en la naturaleza, y para recordarnos que debemos respetar nuestra vida silvestre”, dice Colón.

En su obra Lost in Space, Alicia Vasquez utiliza la pintura figurativa de forma simbólica. Es el retrato de un rostro, mitad mujer humana, mitad león. Conserva la simetría en las características. Una estrella cruza ambas frentes. Sobre su pintura Vasquez afirma que las personas divididas muestran un ser que quiere ser valiente y silencioso, pero que aún experimenta un profundo dolor. Agrega que la estrella en el centro representa el deseo positivo de unirse y crear unidad. “Todos estos sentimientos juntos hacen que una persona se sienta perdida en un mundo al que cuestionan si pertenecen”, dice.

La obra de Kubra Al Hilali, Paz, alegría y felicidad, es predominantemente abstracta, e incluye letras árabes y romanas, fragmentos de partituras, imágenes florales con manchas de pintura, y un pez. La cola del pez y un par de paneles circulares añadidos se salen del perímetro de la pieza y se liberan de la superficie del panel. Es una mezcla de emoción y alusión, que muestra una combinación de cultura y de preocupaciones, que finalmente se resuelve en tonos verdes equilibrados y pacíficos que apuestan por la vida.

Mark Yasenchack, Stone Heart

Kristen Newell también contribuyó a la exhibición con su obra Convalescence, que muestra la figura de una mujer como una estatua, el color azul verdoso del cobre oxidado, de pie junto a la orilla del mar con arcoiris que irradian de su imaginación; Gilberto Rivera Jr., por su parte, en su obra El Milagro alude a la anticipación del presidente de que el coronavirus simplemente desaparecería. La obra más abstracta de la colección es Lines of Connnection, de Jen Craun. En ella utiliza líneas doradas que se cruzan para representar la conexión con familiares y amigos. Mientras, Elaine Hullihen participa con un collage de tela titulado Flow, que muestra una corriente de agua que fluye alrededor de formas simbólicas de uno mismo, la familia, la comunidad y la sociedad; Mark Yasenchak presenta una pieza de mosaico, Stone Heart, que comenzó como una armadura, es tal vez un símbolo del giro del arte como protección contra el estrés provocado por el riesgo de COVID. La pieza evolucionó a medida que trabajaba en un corazón, que él dice que es una armadura de diferente tipo”.

La exhibición Arte a distancia estará a disposición del 19 de septiembre al 21 de noviembre en la avenida Meyer y la 30 calle Oeste.

Posdata

En un hecho insólito, más o menos a mitad de la exhibición, cuatro de las obras de arte originales (de Alicia Vásquez, Mark Yasenchak, Héctor Castellanos Lara y Kevin Fernández Colón) fueron robadas. Metrowest rápidamente las reemplazó con impresiones de las mismas obras, manteniendo la apariencia completa de la exhibición.

Este robo paradójicamente subraya, por una parte, el valor del arte, y por otra, su devaluación. Aparentemente a alguien le interesaban tanto estas obras como para cometer un delito. Pero, al mismo tiempo, al tratarse de obras que han sido exhibidas públicamente y, por tanto, conocidas, es imposible que puedan ser mostradas por el o los ladrones. Esto puede tener una incidencia en el valor final de cualquier intento de venta.

Las respuestas de los artistas ante este hecho fueron variadas. Kevin Fernández Colón quedó impresionado por la pérdida de mano de obra: dice que invirtió aproximadamente 35 horas en su pintura del zorro. Héctor Castellanos dice que conocía el riesgo y, aunque lo entristece, observa que “quien hizo esto realmente amaba nuestro arte, o tal vez no tiene ni idea y quiere aprender y explorar [el mundo del arte]”. Mark Yasenchak sintió lo mismo: realmente lo veo como alguien que comienza su colección”, pero agrega: “El hecho de que otros no puedan ver [el original] es la parte que no me gusta”.

Traducción: Damaris Puñales-Alpízar

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